Quiere tener lo mejor para sí mismo. Quiere ser el más importante. Quiere mandar No quiere consultar, ni tomar en cuenta los deseos y necesidades de los demás. Nada de esto ayudará a hacer un matrimonio feliz.
El matrimonio es una relación que puede proporcionar mucha felicidad a ambos cónyuges. Pero para realizar esta felicidad es necesario que los dos desarrollen cualidades espirituales y aprendan a enfrentar y resolver los problemas que inevitablemente surgen en cualquier matrimonio.
Sin embargo, ningún miembro de la familia jamás debería tomar por sentado el servicio que los otros le rinden, sino siempre expresar su aprecio y buscar la forma de servirles a ellos también.
Además, es muy valioso darse cuenta de la vida common de la persona y la forma de ser de sus padres, ya que muchas veces uno inconscientemente toma a news europe war sus padres como modelos para su propio matrimonio. Basándose en los papeles que cada uno de ellos desempeña en su matrimonio, se hace suposiciones con respecto a su propio papel en el matrimonio así como el papel de su cónyuge, y se sorprende o se enoja cuando de repente surge en él o ella otras suposiciones, valores o formas de actuar que no se había imaginado. Para disminuir estas sorpresas desagradables, lo mejor es conocer bien a los padres uno del otro y dialogar ampliamente con su futuro cónyuge ante de casarse. Partiendo de las percepciones que cada uno tiene de sus propios padres y de los padres del otro en determinados campos del matrimonio —por ejemplo, con respecto a las responsabilidades del esposo, las responsabilidades de la esposa, la disciplina de los niños, la forma de enfrentar problemas familiares, la forma de tornar decisiones, y demás— se pueden llegar a expresar y explicar recíprocamente sus propias Thoughts o ideales con respecto a ellos.
En cambio, las actividades sexuales durante la juventud tienden a retrasar el desarrollo de la personalidad total, absorbiendo los intereses y energía, que por otra parte habrían sido dirigidos hacia la maduración social, emotiva e intelectual Shoghi Effendi recalca:
“Lo que Bahá’u’lláh quiere dar a entender por la castidad seguramente incluye evitar el besar que es la costumbre de la sociedad moderna. Va en detrimento de la ethical de la juventud, y a menudo os conduce demasiado lejos, o despierta apetitos que no pueden satisfacerse legítimamente en el momento a través del matrimonio, y cuya supresión es una tensión sobre ellos.
“Desposáos, oh pueblo, para que de vosotros aparezca aquel que Me recuerde entre Mis siervos.” 2
Pero hay que tener cuidado. Porque el desarrollo espiritual le hará una persona más atractiva en todos los aspectos. Así, de la misma forma que puede atraer a otra persona que comparta su grado de desarrollo espiritual, también atraerá a muchos otros que no compartan este grado de espiritualidad.
Estas declaraciones indican que la espiritualidad es de suma importancia para la realización de los propósitos del matrimonio, y la única base para una unión duradera. Siendo así, antes de tomar la decisión de casarse, es importante desarrollar sus propias cualidades espirituales y observar atentamente las cualidades de la persona con quien desea casarse, puesto que él o ella será su compañero de vida, no sólo fileísica, sino también espiritualmente.
Las leyes son distintas. La obediencia a ellas ha de ser absoluta. No hay ningún término medio. Con respecto a cada ley, uno o la cumple o la quebranta. No puede cumplirla a medias. Las leyes Bahá’ís mencionadas en este libro son:
La responsabilidad implica cumplir con lo que a uno le corresponde hacer, ya sea en la casa, los estudios, el trabajo, un comité, o en cualquier otra actividad. En el matrimonio la responsabilidad implica que cada cónyuge cumpla con su parte para el buen funcionamiento del hogar.
Sin embargo, si su cónyuge responde a su petición con una negativa y usted se siente triste a causa de ella, puede decírselo. Pero hágalo tranquilamente, expresándolo como su sentimiento, y no con el propósito oculto de tratar de hacerle cambiar su mente, ni de hacerle sentirse culpable de su tristeza.
“El hijo... debería mostrar suma obediencia para con su padre y debería conducirse como un siervo humilde y sumiso, De día y de noche deberla esforzarse con diligencia para asegurar el confort y bienestar de su padre amoroso y conseguir su beneplácito.
Al hacerlo, nos daremos cuenta por nosotros mismos de su sabiduría y eficacia. Lograremos más felicidad en nuestras propias vidas: nos distinguiremos de las masas desorientadas producto de la civilización moderna; y proveeremos un ejemplo dinámico del poder de Bahá’u’lláh para transformar y mejorar la vida, de la raza humana.